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27-06-2017 |
Socialismo sobre montañas de cadáveres
Rolando Astarita
Venezuela, 22 de junio, la Guardia Nacional dispara con una escopeta a David Valenillas, desde la base militar de La Carlota, Caracas. Valenillas, de 22 años y estudiante de Enfermería, murió a causa de los tres impactos que recibió en el pecho. Con este, son 76 los muertos desde que comenzaron las protestas hace 83 días.
La foto es la expresión concreta de lo que están pidiendo, o alentando, destacados intelectuales de izquierda: que el gobierno de Maduro amplíe y profundice la represión. En palabras de Atilio Borón: “la única actitud sensata y racional que le resta al gobierno del presidente Nicolás Maduro es proceder a la enérgica defensa del orden institucional vigente y movilizar sin dilaciones al conjunto de sus fuerzas armadas para aplastar la contrarrevolución y restaurar la normalidad de la vida social”. Es lo que defienden también, de hecho, los intelectuales que dijeron, y siguen diciendo, que la mayoría de las víctimas pertenece a las filas del chavismo.
La idea central de esta gente es que el proyecto “socialista” (aunque se trate de la estafa intelectual y política llamada “socialismo siglo XXI”), deberá imponerse a cualquier costo. ¿Que el 70% o más de la población está en contra? ¿Que si se llama a elecciones perdería Maduro? Pues no importa, ya que a la iluminada vanguardia “socialista” le asiste la razón histórica, y esto es lo único que vale. ¿Que el socialismo es una construcción consciente de los trabajadores? ¿Que la liberación social será obra de los trabajadores mismos? Tonterías liberales, propias de la ideología imperialista y de la derecha. Hay que “defender el proyecto de liberación”, así sea sobre montañas de cadáveres .
Por supuesto, cualquier parecido con los argumentos con que los stalinistas defendían los campos de concentración y la eliminación masiva de opositores en la URSS, no es casualidad. Varía la escala del problema, pero la concepción de fondo permanece . Permanencia que se explicita en el apoyo de los partidos Comunistas, y de tantos ex-PC, a la represión que se está desarrollando hoy en Venezuela. Permanencia que también se manifiesta en la más completa ausencia de la clase obrera, como clase , frente a esta crisis. Y esta ausencia constituye el legado más gravoso del régimen chavista , incluso de sus años dorados (esto es, de abundante renta petrolera).
La concepción que defiendo es la opuesta. Afirmo que no hay socialismo posible (cualquiera sea la forma de este “socialismo”) si se lo quiere imponer desde arriba y contra la voluntad de las masas. El socialismo debe ser construcción voluntaria y consciente de la mayoría. Tal vez nadie haya expresado mejor este programa que Rosa Luxemburgo en el siguiente pasaje:
“La revolución socialista es la primera que no podrá triunfar si no es salvaguardando el interés de la gran mayoría de los trabajadores.
La masa del proletariado está llamada a fijar conscientemente tanto el objetivo como la orientación de la revolución, y además, paso a paso y por su propia actividad, debe hacer entrar el socialismo en la vida cotidiana.
La esencia de la sociedad socialista reside en que la masa laboriosa deja de ser una masa a la que haya que gobernar para que empiece ella misma a protagonizar la vida política y económica en su totalidad, orientándola en virtud de una determinación consciente y libre” ( ¿Qué quiere la Liga Espartaquista? ).
En cualquier caso, con esto puede quedar en claro que entre las concepciones de Atilio Borón, James Petras, Claudio Katz y demás amigos y defensores del gobierno de Maduro, y lo que defiendo, no hay síntesis posible. Las diferencias no son solo políticas, sino ideológicas .
Fuente: https://rolandoastarita.blog/2017/06/23/socialismo-sobre-montanas-de-cadaveres/
El marxismo no tiene soluciones mágicas
Rolando Astarita
A raíz de las notas sobre Venezuela, algún lector ha preguntado, en la sección Comentarios, cuál es la alternativa, “por la positiva”, que propongo, ya que no basta con la crítica, con la negación.
Aclarando que por no vivir en Venezuela me abstengo de entrar en cuestiones de táctica política, mi respuesta es, en primer lugar, que la crítica al chavismo y la MUD contiene una afirmación: es necesaria una postura independiente de la clase trabajadora. Es la única salida progresiva para la izquierda. Sostengo que hay que trabajar en esa dirección, aunque no sea de efectividad inmediata. La clave es romper con la lógica binaria de o bien apoyar a Maduro, o bien apoyar a la MUD . Incluso es posible y necesario luchar por reivindicaciones democráticas –libertades, cese de la represión, elecciones- pero programática y estratégicamente hay que defender una alternativa independiente, socialista . Esto es, que tenga como eje acabar con la explotación capitalista, sea privada o del Estado. El socialismo debe marcar una línea divisoria tajante, tanto con respecto al chavismo como con respecto a la MUD (y al resto de las fuerzas burguesas internacionales, desde Washington al Papa, pasando por la OEA). Es la única forma de que la clase obrera pase a tener protagonismo. Y el protagonismo de la clase obrera, como clase , es la clave de cualquier salida progresista a la tragedia que vive hoy Venezuela.
Naturalmente, se me dirá que esa independencia política no es realizable en lo inmediato. Reparo que invariablemente da pie a la táctica de los oportunistas de todos los tiempos: “Si la independencia de clase no es realizable ahora, hay que apoyar a la variante burguesa ‘menos mala'” (argumento muy conveniente para no luchar nunca por la independencia de clase).
Frente a esto, me parece apropiado recordar la respuesta que daba Lenin a la objeción oportunista: aunque hoy no podemos “hacer” la consigna, “ la predicamos y trabajamos en esa dirección ”. No sabemos cuándo y hasta qué punto esa prédica se va a traducir en hechos, pero “lo importante es trabajar en esa línea” (carta a Shliapnikov, 31/10/1914).
Hoy en Venezuela, para crear una tercera fuerza independiente, es necesario trabajar en esa dirección crítica de la que hablaba Lenin. Explicar que el capitalismo de Estado y su aparato burocrático militar no son salida para las masas trabajadoras. Y que con el capitalismo “puro y duro” también continuarán el atraso, la miseria, la explotación del trabajo, y la represión habitual de los “Estados fuertes”.
Como es conocido, esta postura no es compartida por la mayor parte de la izquierda. Esta, en su inmensa mayoría, es chavista. Incluso muchos de los que ahora critican a Maduro “por izquierda”, piden volver al legado de Chávez. Como si el legado de Chávez no fuera Maduro. Y muchos otros reclaman que el Estado aplaste a sangre y fuego toda oposición.
Indudablemente, esta postura de la izquierda hace las cosas más difíciles para el socialismo. Pero además, el chavismo ha llevado a la desmoralización y a un callejón sin salida al movimiento de masas. Por datos que me llegan de Venezuela, por lo menos una gran parte de la población incluso repudia todo lo que tenga que ver con el socialismo (al que identifican con el régimen que llevó al desastre actual). En los barrios populares puede no haber simpatía por la MUD (sobre esto tengo información contradictoria), pero tampoco se ve salida en el chavismo. En muchos estallan protestas por las condiciones de vida, aunque no todas se canalizan políticamente (siempre según los datos que me llegan). En algunos sectores sumidos en el hambre y la miseria, parece primar la desmoralización. Gran parte de la juventud estudiantil y las clases medias pueden haber sido ganadas por la MUD.
Frente a ese complejo y difícil panorama, alguna gente piensa que el marxismo puede proponer soluciones mágicas, una suerte de “consignas-solución” que permitan saltarse los procesos ideológicos y políticos. En este respecto, una de las insensateces más grandes que leí por estos días es la propuesta de pedirle al gobierno de Maduro que arme a la clase obrera. Estos “tácticos geniales” sueñan con el gobierno de burócratas, milicos y arribistas armando a la clase obrera, para que esta acabe con los burócratas, milicos y arribistas al frente del Estado. Es el utopismo pequeño burgués llevado a su máxima expresión. Se ilusionan con que la tarea histórica del armamento de los explotados sea cumplida por Maduro y su cohorte de milicos, arribistas y corruptos. Por otra parte, ¿no pueden reflexionar aunque sea dos minutos sobre esa idea central de que “el arma de la crítica debe preceder a la crítica de las armas”? Antes de tomar las armas hay que estar dispuesto a tomarlas, y saber contra quién dirigirlas y a favor de quién o de qué utilizarlas . Solo a incorregibles oportunistas se les pueden ocurrir estas tonterías. Tonterías que, además, profundizan la desorientación y la desmoralización.
Repito, el marxismo no tiene soluciones mágicas. Pero es necesario presentar un análisis objetivo (o sea, basado en las relaciones de clases, en el estado de conciencia, en las fuerzas productivas) y ayudar desde allí a la recomposición del movimiento obrero y de masas.
Fuente: https://rolandoastarita.blog/2017/06/24/el-marxismo-no-tiene-soluciones-magicas/
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